martes, 18 de enero de 2011

“Siempre digo que me siento como los actores, me pagan por hacer lo que me gusta”

El jueves pasado asistió al programa “Estado Joven” para charlar sobre la labor que realizan los Centros de Acceso a la Justicia la coordinadora de la Villa 19, Dra. Débora Oliva.
A la villa se la conoce con el nombre de Inta, está dentro del barrio de Lugano, el último Censo dio un total de alrededor de 10.000 personas. El lugar donde funciona de lunes a viernes el CAJ es la Capilla “Cristo Resucitado”.
“El cura Sergio es un hombre joven que nos brindo un lugar y con el trabajamos en conjunto” comenta la Dra. Oliva “el centro se inauguró el 19 de octubre de 2010, comenzamos con una difusión de volantes por el barrio para que la gente se acerque y cada vez son más haciendo colas dentro de la capilla, lo que es muy lindo verla así de concurrida, hoy estamos atendiendo un promedio de 25 personas por día”.
La Dra. Débora comenta que su vocación por la abogacía se alimento durante sus años de estudiante, cuando participaba políticamente en los barrios dando asesoría jurídica gratuita. ”Me tocaba trabajar en algún estudio para poder vivir, pero con mis compañeros los fines de semana y siempre a contra reloj estábamos en el barrio” cuenta Débora “yo siempre digo con este trabajo que me siento como los actores, me pagan por hacer lo que me gusta” se ríe.
“Lo que me pasa hoy trabajando desde el CAJ en la villa, es que tengo los recursos que tanto necesitaba antes, nosotros trabajamos además en coordinación con otros organismos del estado y abordar desde ahí los problemas nos permite dar soluciones, dar respuestas. Antes le poníamos mucho oído y mucho corazón a los conflictos que nos llegaban, pero para entonces solo llegábamos a organizar el reclamo”.
“Durante los noventa la gente perdió noción de sus derechos, nos perdimos como sujetos de trabajo, nos perdimos como sujetos de derecho; y lo que tuvimos desde el 2003 a esta parte fue la posibilidad de obtener respuestas ante los reclamos. Durante mucho tiempo hubo que hacerle sentir a la persona por lo menos desde el acompañamiento, que era sujeto de derecho, que le correspondía, y que si bien se encontraba en un estado ya ni de pobreza sino de marginalidad absoluta, los derechos seguían siendo los mismos, la constitución estaba y había que luchar por eso”.
“Lo lindo del 2003 a esta parte es sentir al estado presente en cada reclamo, esta mañana por ejemplo estábamos en el CAJ desde las 8 am porque gracias a un convenio que tiene la Dirección con RENAPER, nosotros tomamos turnos en el barrio para que aquellas personas sin su DNI argentino lo hagan de manera gratuita, para eso los acompañamos en la unidad móvil y nos aseguramos que se realice correctamente el tramite. Lo que me paso al volver al barrio es que empezó a llegar mucha gente que se entero de este recurso y nos decían ‘me dijo mi tío, mi primo, mi hermana, que se hicieron el DNI y que los atendieron muy bien, yo también necesito’ y la verdad es que es muy bueno poder trabajar asi”.
“Y pasa muy parecido con los extranjeros a los que también ayudamos con toda su documentación, antes los paseaban por todos lados, no les solucionaban nunca los problemas lo que hacía que cada vez más gente indocumentada no pueda acceder a sus derechos, y hoy en día, ya con el “Patria grande” desde el 2005 y con todas las facilidades que le otorgamos nosotros desde el centro, los certificados de pobreza, los antecedentes penales, la gente va a Migraciones con todos los papeles en orden, es otra cosa, es realmente otra forma”.
“Tenemos también muchas consultas sobre violencia, que a mí, fue algo que me impacto apenas comencé a trabajar porque en mis experiencias anteriores, desde la militancia, para poder llegar hasta la instancia donde la mujer asumía la violencia dentro del matrimonio, pasábamos por muchas etapas previas; armábamos grupos de mujeres interdisciplinarios donde teníamos psicólogos, trabajadores sociales, abogados, charla va charla viene para lograr la CONFIANZA. Y acá me sorprende que vengan a vernos y directamente dicen “me pegan”, “yo hice una exclusión”, mucho más trabajado, y tener asumido el problema es el primer paso para comenzar a solucionarlo. En este sentido entonces venimos trabajando en conjunto con el programa “Las Victimas contra las Violencias”.
“También tenemos muchas consultas laborales, la gente hoy está en blanco y quieren saber que beneficios y derechos tienen, en épocas pasadas, en los 90’ era insólito que alguien te consulte por problemas laborales, son estas cosas que empezaron a resurgir desde el 2003”
“En el Centro las mediaciones comunitarias más frecuentes son por alimentos o regímenes de visita. Por otro lado me paso que con respecto a la AUH (Asignación Universal por Hijo) surgían consultas sobre cómo llenar la libreta, como cobrar el aguinaldo y cosas así ya que para octubre ya contaban con el recurso”.
El relato de la Dra. Oliva sobre el Inta nos abre miles de aristas para necesitar conocer un poco mas de este lugar donde las cosas que allí ocurren no merecen el anonimato, sino por el contrario un conocimiento público que nos ayude a pensar a diario en que estamos creciendo pero todavía falta mucho por hacer, y allí necesitamos estar todos.

1 comentario:

  1. Excelente nota. Es destacable el entusiasmo de la Dra. Oliva. Es un ejemplo a seguir.

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